Contouring, contur o contorno; se trata de una técnica en maquillaje cuya finalidad es la de esculpir el rostro utilizando luces y sombras con los productos correspondientes.
La finalidad del contouring es la de optimizar tus rasgos, ya sea resaltándolos o creando la ilusión de ellos.
Ojos, mandíbula, pómulos, nariz, barbilla, frente, incluso abdomen y busto pueden ser contorneados, en resumen y técnicamente, el proceso suena muy simple; elegir un iluminador para las zonas que se desean resaltar y dar volumen mientras se utilizan tonos oscuros en las zonas que se quiere disimular y dar efecto hundido.
Reglas que no debes olvidar en el contouring
- Siempre que utilices una base de cobertura completa debes hacer uso del contorno para recrear las sombras y ángulos naturales de tu rostro que han sido cubiertos por el maquillaje, es aquí donde puedes crear nuevos efectos.
- El contorno se aplica después de la base, antes del blush e iluminador.
- El tono ideal del contorno es el tono gris, éste da un efecto de hundimiento y sombra, sin embargo hay muchas paletas de maquillaje que se anuncian como contouring donde los tonos no son los adecuados y estos tiran más hacia los cafés (bronceadores).
- Existen productos para contorno en crema y polvo, su uso dependerá del gusto personal, tipo de rostro y tu base; por ejemplo, los productos en crema van mejor para rostros secos mientras que los productos en polvo se aplican mejor en rostros grasos. Un contorno en crema no puede ser aplicado sobre una base en polvo, mientras que un contorno en polvo puede ser utilizado sobre una base en crema siempre y cuando ésta se haya sellado previamente.
- Aunque la técnica de contorno es una gran aliada para definir los rasgos, no se debe exagerar en su aplicación o se conseguirá un look falso y demacrado (recordemos que el contorno crea muchas sombras).
Sigue leyendo; Dónde aplicar el contorno según tu tipo de rostro