Estar enojados nunca trae nada bueno, se merma nuestro ánimo, perdemos tiempo, existen roces que duran mucho tiempo, dañamos nuestra salud pero…si esto no fuera poco, estar enojadas también repercute en nuestra imagen y claro está que en la belleza.
Segúramente ya habrás escuchado sobre los riesgos por padecer un ataque cardíaco o sufrir de úlcera estomacal al manejar altos niveles de estrés y ser una persona que se molesta fácilmente o que pasa todo el día refunfuñando, pero también hay efectos secundarios en otros aspectos y esta vez puntualizaremos los que afectan el área de nuestro rostro.
Aparecen arrugas prematuras
Al estar molestas o expresar algún enojo constántemente propicia la aparición de arrugas ya que enojados gesticulamos con más fuerza y presionamos ciertas áreas a una posición no natural como mantener el ceño fruncido o la boca torcida.
Propicias la caries
Mantener un estado de enojo ocasiona que los jugos gástricos se acidifiquen mucho más, lo cual además de lastimar el estómago y esófago también termina hiriendo a tu dentadura pues una salivación más ácida daña el esmalte y con esto la posible aparición de caries.
Aparecen ojeras y bolsas
Además hay que pensar en las consecuencias adicionales por el enojo, una de ellas es el insomnio o alteración del sueño lo cual va marcando nuestro rostro con un semblante cansado, además de las ojeras y retención de líquidos.
Pierdes brillo
Recordemos que se trata de adrenalina y cortisol, hormonas de estrés…hormonas, ya sabemos lo que ellas pueden llegar a ocasionar cuando están alteradas y esto se refleja en un sin fin de formas, entre ellas la pérdida de brillo.
Se te cae el cabello
Ya sea porque hay quienes incluso lo jalan en momentos de desesperación y el resultado es más que obvio, o porque volviendo a los descontroles hormonales el cabello sufre cambios como pérdida de brillo, elasticidad y cantidad.
Mal olor de boca
Dado a los jugos gástricos y la concentración de estos al experimentar situaciones de estrés y enojo también afecta la proliferación de bacterias en la boca y con esto el cambio en el olor.
Aparición de imperfecciones sobre la piel
Además de todo esto cuando estamos molestas tenemos comportamientos y caprichos que nos encierran en un círculo vicioso, dejamos de comer adecuadamente, no nos desmaquillamos y menos ganas de llevar acabo nuestros rituales de belleza que acostumbramos y todo esto repercute.