La educación según Erich Fromm

Para analizar el concepto de educación según Erich Fromm resulta inevitable remontarnos a los desarrollos expresados en su libro Del Tener al Ser (1957), donde sostienen que la educación en nuestros días (o al menos hacía mediados y finales del siglo XX) intenta preparar a los estudiantes para que “tengan” conocimientos como posesión, para luego evaluarlos por la cantidad de propiedad o prestigio social que tendrá más tarde. A cada estudiante se le brinda un “paquete de conocimientos de lujo” para aumentar su sentimiento de valor social-individual-económico. Un paquete, podríamos decir, a veces yuxtapuesto de conocimientos sin conexión ni sentido integrador. La lógica básica es acumular.

Siguiendo este planteamiento el autor sostiene que el aprendizaje puede adquirir dos modalidades: el del Tener y el del Ser. En el modo tener, los alumnos asisten a clases, escuchan las palabras del maestro, las registran de la mejor manera posible (fiel a lo escuchado), y las memorizan para luego reproducirlas exactamente en el examen. Las palabras del docente se transforman en conocimientos inamovibles y extraños al propio alumno. La creación y la producción declinan en pos de la reproducción. Al contrario, en el modo Ser, el conocimiento pasa a ser parte del sistema individual del pensamiento, al decir de Piaget se asimila y se acomoda. Lo adquirido es enriquecido por la propia construcción y por conocimientos previos a “la clase”. Las palabras del docente se escuchan activamente y se cuestionan, hay participación e interés. La característica distintiva producto de este modo Ser es la “transformación” del propio estudiante.

La educación según Erich Fromm, una verdadera educación, implica transformar a las escuelas y universidades de meras fábricas que producen paquetes de conocimientos a espacios donde la construcción del Ser sea la piedra angular.

4.4

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