El adultocentrismo ha estado presente en la historia de la humanidad desde que los primeros hombres habitaron la tierra. Los estudios dedicados a la comprensión de los niños y adolescentes (como seres con características propias, distintivas y por tanto con requerimientos diferentes) tienen poco más que una centena de años.
Desde tiempos remotos la visión del mundo, del hombre, de los dioses y de la naturaleza ha sido la del adulto, aún en cuestiones infantiles. Niños y adolescentes han sido analizados, estudiados y juzgados desde la óptica adulta. En mi libro “Adultocentrismo: lo que los padres deben saber sobre sus hijos” defino a este estado de cosas como una de las características principales de la visión adultocéntrica en analogía a las concepciones teocéntricas, sociocéntricas o etnocéntricas.
En mis desarrollos planteo al adultocentrismo como una especie de neurosis que se adquiere al llegar a la adultez caracterizada por la sobrecarga de fuertes represiones del vivenciar infantil propio. Si bien parte de esta represión es necesaria para nuestra salud, adquiere en el adultocentrista un tinte especial y selectivo sobre los momentos dolorosos de la infancia. Al reprimir estos momentos y sustituirlos por lo que llamo ideas parche, creamos un pasado alternativo al vivido; alternancia que impide la conexión genuina con los niños y adolescentes; la comprensión desde lo vivido y sentido; la empatía y las respuestas adecuadas hacia los niños.
El adultocentrismo es hoy más que nunca la principal causa de las dificultades en los vínculos adultos-niños.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.