El cierre del paladar hendido es una cirugía que debe realizarse aproximadamente a los 18 meses de edad, dependiendo la gravedad de la fisura ésta puede requerir de más intervenciones o no. Los propósitos de dicha operación son que el el niño o niña en cuestión mejoren su alimentación, fonética, respiración y calidad de vida en general.
El paladar puede estar fisurado de manera independiente o acompañado de una abertura en el labio superior a lo que se le denomina labio leporino.
Se recomienda someter al pequeño a intervención quirúrgica a corta edad para corregir a tiempo la mal formación y así el bebé pueda aprender a sonorizar adecuadamente además de no correr riesgo a la hora de alimentarse, regularmente son operaciones sin riesgos cuando se trata de un problema aislado pero bien pueden haber algunas complicaciones si son el resultado de algún padecimiento genético que puede englobar más características.
Este tipo de cirugías requieren de una atención previa y posterior de cuidados mayormente dados por los padres ya que se realizan en la infancia. Si tu hijo será sometido a esta cirugía considera lo siguiente:
Antes
Tu hijo debe tener una revisión exhaustiva por parte de los especialistas necesarios. Si nunca ha sido operado con anterioridad lo mejor es realizar exámenes de sangre y algunos chequeos que indiquen no existe ningún riesgo, platica de esto con tu pediatra.
Toda cirugía conlleva un riesgo y se necesita tener al niño en las mejores condiciones posibles para su recuperación.
Debido a la naturaleza de la cirugía, el niño o niña necesitan contar con una boca sana y limpia que no sea un riesgo de infección para el procedimiento, probablemente sea necesario trabajar en su rehabilitación oral antes del procedimiento.
Durante
Busca un hospital de calidad con experiencia en este tipo de cirugías, por lo regular son procedimientos respaldados por el gobierno y puedes encontrar una campaña o alguna clínica que las realice de forma gratuita.
Necesitas entrevistarte previamente con el cirujano quien debe ser un plástico o maxilofacial y te explicará el procedimiento. Lo mismo con el anestesiólogo para saber posibles riesgos. Parte del trámite es llegar al hospital o clínica con las indicaciones previas y firmar una responsiva por parte de los padres o tutores del menor. La mayoría de estas cirugías son ambulatorias, esto lo determinará el médico.
Después
Los cuidados posteriores son tan importantes como el procedimiento en sí, en cuanto te entreguen a tu hijo/hija deberás mimarle y evitar a toda costa que llore o grite, esto será así por lo menos la primer semana posterior al procedimiento para evitar que las suturas se abran nuevamente. Tampoco debe tocarse con los dedos u objetos.
No podrá comer nada que no sean alimentos líquidos, jugos especialmente por 2 días y paulatinamente ir pasando a alimentos blandos como licuados, yogur, gelatina, flan (todos estos de consistencia sumamente suave), después de 2 días más podrán comenzar a comer papillas de frutas o verduras, aún sin consistencias muy grumosas o duras. Así hasta que el médico lo indique.
Evita a toda costa alimentos como tostadas, frituras, galletas, dulces, cacahuates, etc., que pudieran raspar la herida o abrir los puntos.
De preferencia utiliza cucharas pequeñas o que tome directo del baso, el biberón o sorbete podrían lastimarlos.
Después de que el tiempo de reposo pase el siguiente paso es mucha terapia, tu hijo/hija dependiendo el tipo de cirugía y la etapa en que esté necesitará aprender a hablar, comer e incluso respirar por lo que requieren de nuestro total apoyo, paciencia y amor.
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