Son muchas las razones por las que las parejas hoy en día tratan de elegir el sexo de su futura descendencia. Los motivos pueden ser culturales, étnicos, médicos o por simple preferencia de cumplir un anhelo. Tal es el caso de las parejas que ya tienen varios hijos y desean una niña en la familia o viceversa.
Sea cual sea la razón por la que los padres buscan esta preferencia, la medicina asegura que la única manera certera de poder elegir es la inseminación controlada. Pero también admite que existen algunos métodos naturales o caseros, que si bien no aseguran al cien por cien el resultado pueden influir en algo en la concepción.
La gran mayoría de estos métodos se basan en las diferencias existentes en los espermatozoides. Los espermatozoides Y, necesarios para engendrar un varoncito son mucho más rápidos, pero mucho más delicados sobreviviendo menos tiempo dentro del cuerpo de la mujer y son además muy sensibles a los ambientes ácidos.
Por otro lado los espermatozoides X, que son los encargado de engendrar una niña son más grandes, resistentes y más lentos. Resisten varios días dentro del cuerpo de la mujer y son menos susceptibles a los ambientes ácidos.
El método Baretta por ejemplo, asegura que si se cambia la dieta se puede favorecer a determinado tipo de espermatozoide ya que el organismo de la madre se torna más ácido o más alcalino, pudiendo así elegir entre niño o niña, de manera natural.
Adriana Baretta, realizó pruebas en más de un centenar de mujeres, con un éxito de aproximadamente el 98%. El método sugiere que si se consume una dieta rica en sodio y potasio, aumentando el consumo fruta, legumbres, pescado, fiambres y frutos secos, se incrementa la posibilidad de concebir un niño.
Por otro lado, una dieta más abundante en calcio y magnesio, equivale decir a realizar un aumento en el consumo de alimentos como avena, chocolate, acelgas y gran cantidad de productos lácteos favorecería el tener una niña.
El método Shettles, por otro lado afirma que el momento de la concepción debería de programarse de acuerdo al ciclo de la mujer. La razón es simple pasada la menstruación el organizo de la mujer se torna más ácido y en los días muy cercanos a la ovulación se torna más alcalino.
Por lo que se sugiere a los futuros padres que deseen tener una niña comenzar a intentarlo al día siguiente de terminada la menstruación y suspender dos días antes de la ovulación.
Y por el contrario si se desea un niño, tratar de que la concepción se dé entre los dos días previos a la ovulación y los dos días posteriores.
Si bien los médicos no aceptan en su totalidad la certeza de estos métodos, son varias las experiencias de parejas que los siguieron y consiguieron muy buenos resultados.
Como experiencia propia, el método Baretta nos sentó muy bien desde el inicio. Se recomienda mantener la dieta por al menos 3 meses y que el organismo se adecúe antes de intentar quedar embarazada. Pero supongo que por el hecho de que mi dieta no se diferenciaba casi en nada con la sugerida conseguimos que nuestro futuro retoño fuera un niño.