El parto acuático

Mucho se ha escuchado hablar sobre el parto acuático, o parto en el agua. Se le han atribuido muchas ventajas en especial para el bebé, ya que resulta ser menos traumático que el parto tradicional.

También se dice que la madre puede sacar mucho provecho del parto en el agua. Algunas de las ventajas que éste ofrece son que el agua caliente suele relajarla, a la vez que actúa como un analgésico natural y anti espasmódico, lo que hace que no sea necesario en varios casos el uso de la epidural e incluso al ayudar a la dilatación y reduce las probabilidades de  necesitar una episiotomía.

Parto en el agua

Contrariamente a lo que se piensa, esta técnica no es una invención moderna. Si bien no existen pruebas concretas, se sabe de ésta técnica por leyendas y tradiciones antiguas pasadas de generación en generación.

Existen leyendas en las que se cuenta que el pueblo Egipcio guardaba este privilegio de nacer en el agua a ciertos bebes, elegidos para convertirse en futuros sacerdotes o sacerdotisas.

Otro pueblo antiguo que aparentemente descubrió las bondades del parto acuático fueron los habitantes de Creta, los seguidores del Rey Minos incluso disponían de un templo destinado a los partos en el agua. Puede que el hecho se deba en gran parte al amor, la adoración y relación que tenía este pueblo isleño con el agua, y en especial con el océano.

Entre los pobladores de Hawái existen familias que conservan como una tradición familiar el dar a luz en el agua.

También el parto acuático se encontró presente entre las costumbres del pueblo chumasi, en Norteamérica, existen historias que relatan cómo las mujeres de la tribu se sumergían a la orilla del mar o en bahías poco profundas y realizaban el trabajo de parto al son de los tambores que tocaban los varones del pueblo.

Ya en la época moderna, se tuvo un primer registro de parto acuático en Francia, en 1803. Un periódico médico describía el caso de una mujer que tras encontrarse en trabajo de parto por más de dos días, había decidido tomar un baño para aliviar un poco los dolores.

El efecto fue maravilloso, ya que además de aliviar su malestar, su pequeño salió con tanta rapidez que no le dio el suficiente tiempo de reaccionar y salir de la bañera.

El parto acuático asistido

Se comenzó a hacer una documentación racional de los casos de parto acuático en la Unión Soviética en 1980. Y luego, se popularizó de gran manera durante la década de los 80 a nivel mundial, gracias a que varios profesionales médicos aseguraban que resultaba más provechoso para la madre y menos traumático para el bebé.

Esta fiebre por el parto acuático, tuvo en ese entonces algunas consecuencias negativas, ya que padres emocionados con la idea, decidieron traer al mundo a sus pequeños sin la asistencia médica necesaria para este tipo de técnica. Y por diversas complicaciones o por dejarlos demasiado tiempo dentro el agua, perdieron a sus bebés.

El parto acuático, promete mucho. Pero como cualquier parto requiere de los cuidados y la atención de profesionales. Para evitar posibles complicaciones y asegurar la salud del bebé y la madre.

Si deseas vivir la experiencia de un parto acuático, Previamente debes realizar una consulta con tu médico de cabecera, para determinar si tu caso se ajusta a los requerimientos de la técnica, y además analizar si te es posible acceder a un centro de salud que cuente con las instalaciones adecuadas en tu región.

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