Solo quienes tenemos niños pequeños en casa sabemos cómo es cuestión de un instante que pueden meterse en problemas; un juego inocente puede volverse el escenario perfecto para un accidente, incluso objetos y situaciones cotidianas como comer, caminar, nadar, etc. Por lo tanto como padres, tíos, maestros o cualquier relación que llevemos siendo la parte responsable, es necesario estar siempre atentos tanto para prevenir como para remediar.
No importa qué tan atento estés al cuidado de un niño, siempre se nos escapará algo de las manos, claro que mientras mayor atención y cuidados se reduce el riesgo tanto de que ocurra el accidente como de la gravedad de éste, aún así no solo debemos prepararnos para saber cómo prevenir sino que en caso de algún suceso saber cómo actuar, por lo menos de manera inmediata en lo que se tiene acceso a la atención profesional.
Golpes, cortaduras o heridas
Una herida superficial puede tratarse en casa sin más problema, lo primero que necesitas es calmar ante todo al menor para que deje revisarse y así tomar acción. Limpia la herida, de ser posible coloca la zona bajo el chorro de agua y así eliminar cualquier suciedad o impureza o bien puedes aplicar agua oxigenada o algún otro antiséptico. Si no deja de sangrar aplica un poco de presión para cortar la circulación y así tengas oportunidad de cubrirla con una curita o torniquete de cinta. Si la herida es más profunda o aún con estos métodos no deja de sangrar, deberás buscar por atención médica.
Tras un golpe fuerte igualmente lo primero es calmar al menor y revisar que no haya herida, se recomienda que no duerman de inmediato para poder estar alertas de cualquier señal de cuidado. Puedes colocar algo frío en la zona para desinflamar.
Intoxicación
Hablar de intoxicación en menores es muy delicado, ya que los accidentes de ésta índole son muy comunes pero no por ello menos graves, la intoxicación puede darse por alimentación o por químicos, incluso por alimentos. Si notas que tu hijo ha ingerido algún químico o medicamento debes seguir la sindicaciones inmediatas que el producto establece en su etiqueta y acto instantáneo llevarlo por atención médica.
Asfixia o ahogamiento
La vía oral es el medio natural por el cual los niños y bebés exploran el mundo; una amplia curiosidad aunada a una falta de coordinación es la fórmula para el desastre.
Si tu pequeño se ha dejado de respirar debes revisar la causa, si es por asfixia o atragantamiento y así saber cómo proceder, cuidado con intentar sacar algún objeto con las manos pues a veces podemos empujarlo más, lo mejor es intentar la maniobra de Heimlich o RCP en cuyo caso mientras llegan los servicios médicos.
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