Si hay una flor que nos evoca a la primavera es la flor del narciso. Con su impactante color amarillo destaca entre las demás plantas del jardín y aportan un colorido que trae alegría y ánimo al espíritu. El narciso es una planta de tipo herbácea y perenne que crece a partir de bulbos. Pertenece a la familia de las Amarilidáceas y es originario de la cuenca mediterránea y Europa aunque también hay otras variedades que proceden de Asia Central y China.
Dado que se ha cultivado ampliamente desde tiempos remotos, hay una gran variedad y tipos de narcisos, que incluyen los más populares las de flores amarillas, pasando por blancas, rosados, crema y naranja. Este grupo incluye más de 30 especies pero se han agrupado en 11 tipos dependiendo del tamaño y la forma de la flor para así tener un patrón que permita reconocer los híbridos resultantes al cruzar distintas plantas.
La mayoría de las variedades de narciso florecen en la temporada de primavera, pero hay algunas que pueden hacerlo en otoño. Las flores pueden presentarse como una inflorescencia en forma de paraguas o en forma solitaria cuya disposición de los pétalos tiene una simetría radial y que tienen una sola bráctea o estructura similar a una hoja que envuelve a la flor. El nombre de narciso se relaciona con la palabra griega narkao, la cual se traduce como narcótico, en referencia al olor penetrante de la flor que presentan algunas especies.
El narciso se cultiva desde tiempos antiguos y por ello hoy día se han podido obtener una gran variedad de híbridos que igualmente engalanan un jardín, no sólo por lo impactante de sus flores sino por el aroma penetrante que algunas pueden brindar. Las flores además son bastante resistentes en agua y por ello son muy usadas en arreglos florales.
Cómo cuidar narcisos en maceta
Aunque el narciso se puede cultivar en jardines exteriores sin problema, muchos prefieren hacerlo en jardineras y macetas ya que así puede ser abonado con cierta frecuencia. Si estás pensando en cultivar narcisos aquí te presentamos unas recomendaciones para ello.
Iluminación
En general el narciso prefiere temperaturas templadas suaves por lo que lo ideal es colocarlo en lugares con semi sombra. Si bien tolera climas cálidos suaves no es igual de tolerante para los climas fríos con temperaturas bajas. Así que lo primero es que ubiques un lugar apropiado para las plantas a cultivar.
Suelo o sustrato
Como vamos a cultivar el narciso en maceta, entonces nos será más fácil mantener en óptimas condiciones la tierra. Esta planta requiere de una tierra fértil y con buen drenaje. Aunque requiere de humedad constante, no tolera bien una tierra anegada o inundada por ello hay que disponer de una buena tierra que se mantenga suelta y que permita el drenaje del agua. También debe ser una tierra con alto contenido de nutrientes, para ello es bueno utilizar el compost bien disgregado. Eso sí, utiliza recipientes de gran profundidad para que las raíces puedan crecer y desarrollarse.
Riego
El narciso necesita de un ambiente húmedo por ello es recomendable regar frecuentemente aunque no en abundancia. Lo ideal es que la tierra se mantenga húmeda al menos en los 10 o 15 cm de profundidad, no importando si la superficie se ve seca ya que a esos niveles la planta aprovecha el agua. Lo que sí debes evitar es que se almacene el agua o se encharque en el suelo ya que esto podría causar la pudrición de los bulbos y la muerte de la planta. Por ello debes asegurarte de que la tierra que usas es adecuada para tus narcisos.
Trasplante
Un dato importante es que se recomienda no cambiar el narciso de matero con frecuencia o si lo cultivas en jardín, tampoco se recomienda trasplantarlo a otro lugar. Sólo es necesario trasplantarlo de la maceta cuando observas que ya las raíces están muy apretadas. Como regla general, trasplanta tu narciso de maceta cada 3 años. Si donde lo has sembrado ves que prospera y da sus flores pues no es necesario moverlo.
Poda
Con el cuidado requerido el volverá a florecer el siguiente año. De hecho cada año puedes obtener más flores si lo cuidas adecuadamente. Esto incluye, según algunos expertos, cortar las flores antes de que se marchiten para que no produzcan la semilla ya que esto consume muchos requerimientos nutritivos a la planta. En general no requiere de poda, puedes dejar que las hojas marchitas se caigan solas.
Cómo plantar bulbos de narcisos
Por fin te has animado a plantar narcisos y vivir la experiencia de contemplar sus bellas flores. La mejor manera de propagar narcisos es a través de la separación de bulbos. Sigue estas recomendaciones y tendrás éxito al plantar los bulbos de narciso:
- Espera la llegada del otoño para iniciar tu cultivo de narcisos.
- Revisa cuidadosamente el bulbo que deseas plantar y descarta aquellos que se noten blandos o con síntomas de estar dañados. Mientras mayor tamaño tiene el bulbo más probabilidad hay de que estén sanos. Busca bulbos de buena calidad.
- Prepara la tierra de la maceta o jardinera con un buen fertilizante y asegurándote de que esté bien suelta y drene bien el agua.
- Llena aproximadamente el matero, jardinera u hoyo hasta la mitad de su profundidad con tierra.
- Planta los bulbos en la tierra a una profundidad de 18 a 20 cm orientando el cuello de estos hacia arriba a una distancia de unos 10 o 12 cm unos de otros. Cuando entierres los bulbos la tierra debe estar húmeda. Después de enterrar los bulbos riega copiosamente la tierra.
Plagas del narciso
Las plantas de narciso están expuestas a ser atacadas por diversas plagas y hongos. Gusanos, moscas, mosquitos y pulgones pueden atacar las plantas dañando principalmente los bulbos y los brotes nuevos. Para eliminarlos debes recurrir a insecticidas diseñados para estas plagas específicas. También el narciso está expuesto a hongos que pueden atacar las hojas y tallos. Para controlar la infestación por hongos se deben retirar la parte enferma de la planta, favorecer la aireación de las plantas, desinfectar los instrumentos de poda y rastrillo y de ser necesario, utilizar un fungicida autorizado para plantas ornamentales.