En el manejo de los valores ecológicos los mayas han sido unos verdaderos maestros. Su conocimiento era tal que perseguían un uso racional de los recursos naturales que permitía satisfacer de manera muy eficaz las necesidades humanas sin anteponerse a la naturaleza.
Eso significa que en lugar de eliminarlos, como tradicionalmente se había querido hacer, bajo la óptica optimista del progreso industrial que imperó, hay que conservarlos y desarrollarlos, incorporando aquellas prácticas derivadas del conocimiento científico que no contradigan los principios de la racionalidad de los sistemas tradicionales de manejo y de los ecosistemas, con el fin de modernizarlos y permitirles responder a las necesidades que exige el desarrollo del mundo, hoy.
Las plantas, además de ser el objeto de la agricultura, han sido su herramienta capital.
De los tres factores que conforman la agricultura en general: tierra, agua y plantas, las distintas culturas del mundo han privilegiado el manejo de alguno de ellos, en función de las condiciones ecológicas en las que se desarrollaron. El suelo y el régimen pluvial favorecieron en Europa el desarrollo de una agricultura basada en el manejo de la tierra, a través de instrumentos topográficos.