Cuando trabajas en ventas y atención al cliente nunca tienes tiempo de aburrirte (mentira sí lo tienes cuando no hay nadie en la tienda), interactuar con la gente es como viajar en una montaña rusa, nunca sabes qué tipo de cliente te tocará y aunque ames tu trabajo a veces son un poco (o mucho :/ ) irritantes sus preguntas y peticiones, aquí algunos ejemplos:
Sigue leyendo; Cuidado con las ventas forzadas, una estafa disfrazada
¿Trabajas aquí?
No señora, me gusta ponerme mi uniforme y gafete.
Mirar a los clientes revolver la mercancía…
Gracias por darme más trabajo, ¿pues quién creen que dobla la ropa o separa las latas por tamaños?
Lo siento, olvidé mi Ticket
A pesar de ignorar la advertencia «sin ticket no hay devolución» algunas personas parecen no saber leer, escuchar o simplemente no les importa, ¡bah!
¿Puedes encargarlo de otra tienda?
Lo más molesto son los clientes que quieren todo sin saber que trabajamos bajo procesos, no, si no se lo ofrezco quiere decir que no puedo encargar lo que quiere de otra tienda… si no hay, no hay.
¿Estás segura…ya checaste?
No, seguro me lo acabo de inventar para que ya se vaya.
Mercancía en el suelo
Aún peor que encontrar la mercancía revuelta, es encontrarla en el suelo, donde no sólo queda fuera de su lugar sino además se ensucia, maltrata o rompe.
Olores desagradables
De verdad, no hay nada peor que te regresen una prenda o un par de zapatos impregnados de todo tipo de olores.
Ofertas
Todos somos clientes alguna vez, pero desearía nos compadeciéramos un poco de los empleados en tiempo de rebajas pues no solo debemos lidiar con las demandas y locuras de los clientes, sino también hacer cuentas mentales y memorizar dinámicas que cambian a cada momento según la oferta que se libere.
La misma canción una y otra vez
Para los clientes quizá sea novedoso entrar y escuchar la canción de moda, pero para los empleados es una tortura repetir la misma playlist una y otra vez.
Billetes grandes
No me mal entiendan, no estamos pelados con los pagos ostentosos, sino con esos clientes que pagan un sólo artículo de muy bajo costo con billetes grandes.
Mejor no lo quiero
Estamos para servirle, es el lema de quienes nos dedicamos al retail, pero pasar más de una hora mostrando mercancía, subir a bodega más de 10 veces, atravesar los pasillos buscando complacer las más excéntricas peticiones y que al final el cliente no compre, es de esas cosas más irritantes que por gajes del oficio se deben hacer incluso con una sonrisa…