Para la mayoría la palabra dieta es algo estresante, apenas nos están diciendo «debes ponerte a dieta» y pensamos en todo aquello que ya no podremos volver a comer, que vamos a vivir con hambre y mal humor y lo costoso que es mantener este estilo de vida.
Estas ideas un tanto catastróficas y negativas es lo que regularmente nos aleja de adentrarnos en hábitos más saludables y aunque efectivamente muchas de ellas están justificadas pues es el tipo de información que comunmente se maneja, no tienen por qué ser del todo ciertas.
Lo primero que debemos diferenciar es que muchas dietas o regímenes alimenticios no son sinónimo de comer saludable. La mayoría de las dietas se utilizan para conseguir metas específicas como el bajar de peso, subir de peso o alguna compensación nutrimental o de salud (desintoxicación, digestiva, etc.) Mientras que el comer saludable puede abarcar mucho más solo aprendiendo a delimitar aquellos alimentos que son nocivos para nuestra salud o que simplemente no aportan gran beneficio.
Una alimentación saludable no necesita ser tan específica como una dieta, por lo que aunque tus necesidades sean muy estrictas puedes comenzar dando este primer paso y aquí te acompañamos con algunas recomendaciones.
1.- Beber 2 lts de agua
Comienza asegurándote de beber en promedio 2 litros de agua al día, de preferencia agua natural para evitar añadir carbohidratos con una bebida endulzada. Distribuye estos dos litros a lo largo del día y comienza siempre tu día bebiendo un vaso de agua para poner a trabajar tu metabolismo de la manera más natural y amigable.
2.- No al pan y tortilla
Sé que esta es la parte más complicada pero también la que hace una gran diferencia; si estás acostumbrado a acompañar todas tus comidas con un par de tortillas o una pieza de pan lo mejor es irnos olvidando de esto y simplemente borrar estos elementos del menú. Si se te hace muy difícil comienza disminuyendo las porciones que consumes, por ejemplo de 2 tortillas a solo 1, luego a media. Conforme lo vayas logrando notarás la diferencia.
3.- Cena ligero
La clave está en dos cosas; siempre cenar pero cenar ligero. Esto quiere decir que consumas alimentos que no compliquen tu digestión por la noche como ensaladas, caldos, pescado, etc., y…aproximadamente 2 horas antes de irte a la cama.
Sigue leyendo; Consejos para adentrarnos en una alimentación saludable poco a poco, parte 2