Existen muchos libros que son los primeros en sus modalidades. El código de Hamurabi, el primer best seller, en el caso de los libros de jardinería el primer libro del que se tiene conocimiento es el sakuteiki. Este libro es el primer manual sobre jardinería que se tiene conocimiento. Este libro japonés no solo habla de la jardinería sino también del diseño del jardín. Su base pertenece con el arte paisajístico chino, que había invadido Japón siglos atrás.
El jardín de sakuteiki trata del jardín ornamental de la villa aristocrática, con lago e islas, suficientemente grandes como para recorrerlo en bote. La arquitectura del período estaba orientada hacia el jardín, situado al sur de la propiedad, y lo volvía el foco principal de la vida social. Un área vacía de grava blanca, llamada niwa, separaba el salón principal de la residencia del lago. El niwa era el escenario de ritos religiosos. Otros componentes del jardín, además de plantas y árboles, son las infaltables rocas, cascadas, arroyos y puentes. La ubicación y características de esos elementos están claramente indicadas en el Sakuteiki.

De todos los componentes del jardín japonés antiguo, el más importante no corresponde con nuestro concepto de jardín verde: es la roca.
“Ishi wo taten koto” Así es el comienzo de este libro. Lo que viene a decir, “el arte de ubicar las rocas!”. Esa es la definición de jardinería para la cultura japonesa; el buen jardinero-paisajista, es aquel que posee todos los conocimientos acerca de donde y como colocar las rocas. No se trata de simple técnica, la intuición es fundamental. Es más, se hace hincapié en la necesidad de colocar las rocas en su lugar. Esto hay que comprenderlo en el marco de una cultura que considera sagrada a la naturaleza, o mejor dicho, ciertos árboles, montañas, paisajes y rocas son especiales porque allí reside lo divino. En el caso de las rocas, cada una tiene su carácter particular, admiten determinada agrupación, deben situarse en el lugar preciso y su forma puede estar representada a una deidad budista.
En el Sakuteiki también se revela la importancia dada a la geomancia, el Feng Shui chino (fusui en japonés), a la hora de diseñar un jardín. Hay cuestiones que son decisivas, tanto para bien como para mal. La geomancia era altamente considerada en todos los niveles, desde el marco del Estado hasta el diseño de un jardín.

En el Sakuteiki también se revela la importancia dada a la geomancia, el Feng Shui chino (fusui en japonés), a la hora de diseñar un jardín. Hay cuestiones que son decisivas, tanto para bien como para mal. La geomancia era altamente considerada en todos los niveles, desde el macro del Estado hasta el diseño de un jardín origen y dirección del curso del agua en relación a la residencia.
Cuando uno trata de seleccionar un sitio con correctas condiciones geománticas, hay que recordar que el lugar de la izquierda por donde viene el agua es llamado la Tierra del Dragón Azul.
El dragón azul es una de las correspondencias cardinales del Feng Shui, las otras son el Tigre Blanco, la Tortuga Negra y el Pájaro Rojo. Se asocian con el este, oeste, norte y sur respectivamente.