Trabajar con trato directo a las personas no es cosa fácil, tienes que lidiar con las personalidades y problemas que trae consigo cada cliente y esto aplica para todo aquel que damos la cara en el primer acercamiento; cajeras, recepcionistas, callcenter, asistentes, hostess, vendedoras, edecanes, etc., pero la verdad es que es también una profesión muy gratificante cuando se logra resolver o encausar correctamente a la persona que lo necesita.
¿Cuál es la diferencia entre tener un día productivo en el trabajo y uno de pesadilla? En una profesión donde dependemos mucho del trato y la respuesta de terceros hay que adelantarnos y ofrecer lo mejor de nuestra parte para procurar un ambiente agradable, positivo y productivo.
La amabilidad primero
Con una sonrisa puedes cambiar el día; literalmente a la gente a tu al rededor, incluso tu propio humor. No hay mejor carta de presentación que acercarte a tus clientes de manera amable y atenta.
Da el primer paso
Cuando nos dedicamos a la atención al cliente nuestro trabajo es ante ponernos a sus necesidades, lejos de ocultarte u ocuparte en algo más cuando veas a alguien a cercarse, da el primer paso y pregunta en qué puedes ayudar.
Busca siempre una solución
Ponte en los zapatos del cliente (pues siempre habrá oportunidad de jugar del otro lado) y piensa lo frustrante que es recibir puras negativas, por el contrario busca la forma de solucionar las necesidades del cliente de forma efectiva.
Nunca mientas o prometas de más
Muy relacionado al punto anterior está el no prometer de más o mentir sobre resultados, hay clientes muy insistentes que manipulan la información; sea con ellos o con quienes esperan pacientes «no te metas en problemas».
Luce impecable
No necesitas estar de traje siempre (a menos que tu empresa así lo requiera) sin embargo la pulcritud en el peinado, maquillaje y vestuario son claves para dar una buena impresión.
Mantén tu área de trabajo limpia
Además de tu persona, el área donde te mueves es muy importante, esto le dará más confianza y comodidad al cliente además del buen servicio y la calidad del mismo.
Infórmate bien
Parte del buen servicio es conocer de qué estamos hablando y así poder agilizar la atención; poder dar respuestas concretas y útiles harán que nuestros clientes se sientan atendidos con la importancia que requieren.
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