Vivimos en una época donde las necesidades básicas y naturales están quedando totalmente de lado pues el ritmo de vida tan acelerado y la lista interminable de prioridades superfluas no les dan cabida ni en tiempo ni en calidad.
Horarios de trabajo corridos de 10 horas sin sentarnos, mucho menos ir al baño, breaks de 10 minutos para alimentarnos, desvelos, presión y mucho estrés; pudiéramos pensar que ya deberíamos estar acostumbrados pero el cuerpo humano aunque es adaptable y ha demostrado su evolución, la verdad es que toma cientos de años para poder hacerlo.
Sin embargo con tal de cumplir con exigencias y estándares o incluso por simples distracciones estamos sometiendo a nuestro cuerpo a presiones innecesarias, poniendo a prueba su resistencia y capacidad, estas situaciones tienen efectos secundarios en corto o largo plazo y como ejemplo te compartimos 6 de los daños más comunes que nuestra ajetreada vida está generando a nuestro cuerpo.
Aguantarte el hambre
Aguantar la necesidad de comer no solo nos pone de mal humor, también altera el balance estomacal causando acidez y agruras, altera los niveles de glucosa y el correcto funcionamiento del cerebro.
Estar en la misma postura demasiado tiempo
Ya sea sentados o de pie, estar demasiado tiempo en la misma postura puede afectar la circulación en la zona de las piernas, afectar la postura y lastimar la cadera y espalda.
Dormir poco
Aunque aparentemente nos podemos acostumbrar al poco sueño, a la larga el cuerpo comienza a resentirlo, existe una falta de oxigenación, se pierde lucidez, la piel y los ojos se notan cansados, nos mostramos irritables, etc.
Demasiadas preocupaciones
El estrés es de lo peor que le puede pasar al cuerpo; el corazón se acelera, la presión sanguínea cambia brúscamente, se alteran los niveles de cortisol, los músculos se tensan, se produce más ácido estomacal, las defensas bajan entre otras cosas.
No ir al baño
Al aguantarte las ganas de orinar no solo estás reteniendo la orina sino también las bacterias que hay en ella, infectando así el tracto urinario y posiblemente los riñones, además como mujeres la vagina también se ve involucrada.
Usar el celular por tiempo prolongado
El uso de tecnologías como el celular o las tabletas afectan diferentes áreas del cuerpo, por ejemplo los ojos al fijar la vista a una luz artificial tanto tiempo, la espalda y cuello pues por lo regular optamos por encorvarnos en su uso, las articulaciones de las manos y dedos principalmente, además dormir con estos aparatos cerca alteran el sueño por la emisión de energía y aún no contamos el riesgo de quemaduras.
¿Sigues pensando que la vida moderna y la presión a la que nos sometemos por seguirla sigue siendo de lo más normal?
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