Es necesario saber el plato que vamos a comer para poder elegir bien un vino u otro, así podremos sentir sus sabores y aromas.
Con la carne:
- Para las carnes rojas, un buen reserva.
- Para las carnes blancas, como el pavo o el pollo, los vinos tintos.
- Para las aves, un vino espumoso, rosado o un blanco semiseco.
- Para los estofados, un vino de crianza.
Con el pescado:
- Los vinos blancos jóvenes semisecos o secos. También puedes optar por los espumosos.
Con el marisco:
- Los vinos blancos jóvenes, secos o espumosos.
Con los aperitivos:
- Para verduras, los blancos jóvenes y bien fríos.
- Para las cremas, los blancos abocados.
- Para los embutidos
Inquieto y devorador de temáticas web y posicionamiento.
Fundador de iOrigen y otros proyectos personales.