La palabra disgrafía se utiliza para definir problemas en la escritura, sea en su forma o contenido; sin que existan trastornos a nivel intelectual, neurológico, psicológico o social. Este trastorno aparece luego de iniciada la escolaridad, por lo que un diagnóstico realizado con anterioridad no es adecuado ni correcto.
Algunos autores diferencian dos tipos de disgrafía: la disgrafía motriz y la disgrafía específica. En la primera aparecen dificultades que corresponden a una motricidad deficiente; y los síntomas que se observan son: lentitud, manejo incorrecto del lápiz, postura inadecuada al escribir, signos gráficos indiferenciados, entre otros. El segundo tipo de disgrafía refiere a una dificultad para reproducir letras. Algunos de los síntomas que suele presentar son: rigidez o irregularidad en la escritura, deficiente organización en la hoja, impulsividad al escribir o excesiva rigurosidad, entre otras.
Otro tipo de trastorno asociado es la disortografía, el cual refiere a un déficit significativo en el uso de la ortografía.
La disgrafía suele ser detectada rápidamente en el ámbito escolar; pero su correcto diagnóstico, y consecuente intervención, debe ser realizado por un profesional.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.