Dicen que ser madre o padre es la única profesión donde primero se nos entrega el título y después se cursa la carrera y es que no hay nada que te prepare para ser padre más que el hecho de serlo (literalmente) por más revistas que leas o más consejos que recibas sobre la tarea más importante de todas, solamente estando ahí es que logras entender de qué tanto te estaban hablando y por ende poder aplicarlo.
Afortunadamente de los tropezones dados con el primer hijo se aprende mucho y a pesar de llevar una tarea de error – acierto, una vez llega el segundo hijo automáticamente nos sentimos mucho más relajados y aunque cada niño es diferente, hay cosas donde es inevitable comportarnos de manera diferente ya sea un tanto más atentos o menos aprensivos y aquí algunos ejemplos.
Descansas menos
Una vez que tienes hijos tu descanso nunca vuelve a ser el mismo, sin embargo cuando solo es uno es más fácil empatar sus horas de siesta con las tuyas y así recargar energía, sin embargo cuando hay más de un bebé en casa tienes que dividir tu tiempo en prestarles atención.
Recurrimos al reciclado
Tu segundo hijo es víctima del reciclado, sobre todo cuando se llevan muy poca diferencia de edad y toda la inversión que se hizo para el primer hijo pasa a manos del segundo, el problema está cuando son de diferente sexo.
Ya no puedes huir al término «señora»
Cuando tienes solo un hijo aún te queda tiempo (aunque sea un poco) para arreglarte y seguir con algunas de tus actividades lo que puede incluso hacer pasar por desapercibida tu maternidad ante otros, pero cuando tienes más de dos hijos los tiempos se reducen solo en atenciones para ellos y el término «señora» es irrefutable.
No corres al primer llanto
Después de tener que aprender sobre la marcha con los accidentes y enfermedades del primer hijo, con el segundo ya no corremos en cuanto lo escuchamos llorar, vamos identificando los llantos de dolor, de molestia o de berrinche.
Usas a su hermano de ejemplo
Al criar a un hijo desde cero no tienes más que creer en ti y ser firme y convincente, pero ya cuando tienes de quién agarrarte como ejemplo las cosas se facilitan demasiado, su hermano mayor puede ser tu herramienta para mostrar lo que se debe o no se debe hacer.
Delegas muchas responsabilidades al hermano mayor
Aunque por un lado hacerte cargo de dos o tres personitas al mismo tiempo es muy pesado, también es cierto que nos vamos haciendo de mañas y entre ellas es el ir delegando responsabilidades al hermano mayor, no es lo mismo cuando eres la única compañía para tu hijo que cuando puede pasar la tarde con otros de su mismo tamaño.
Ya sabes lo que es una urgencia y qué puede esperar
Una vez tienes más de dos hijos eres experta en identificar chantajes de verdaderas emergencias.
Te vuelves más permisiva
Otra cosa que pasa es que los hijos pequeños se vuelven mucho más consentidos y esto es porque como padres nos podemos relajar mucho más, la clave está en no dejar que nuestro comportamiento se vaya a extremos entre un hijo y el otro y aunque así suceda mediante lo podamos identificar corregir los errores, recordemos que nuestros hijos aunque sean los primogénitos o los segundos, merecen la misma atención y oportunidades.
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