Si bien muchos niños duermen desde muy pequeños en sus cunas, sin dar ningún trabajo. En el caso de las madres primerizas a veces solemos cometer un error importante,sobre todo si nunca tuvimos interacción con otras madres y mucho menos con otros bebés.
Mi hijo desde pequeño no quería dormir en su cuna, es más luego de haberlo dormido y encontrándose profundamente soñando, cada vez que lo iba a acostar en su cuna, se despertaba cuando iba ingresando a la «zona de la cuna», en resumen y frente a esto mi cansancio era cada vez más,las opciones serían pasar toda la noche insistiendo en acostarlo en su camita o acostarlo en la mía, la opción más fácil a corto plazo pero mas difícil a largo, ya que después se torna más complicado que deje de dormir en nuestra cama.
Por otra parte, mi hijo, particularmente, no quería ni acercarse a su cuna. Depende de la filosofía que una elija, las opciones varían desde ponerlo en su cuna y que llore hasta que comprenda que debe quedarse ahí (con la cual no estoy muy de acuerdo ya que considero que nuestros hijos pueden sentir que no nos importan lo suficiente y por eso los dejamos solos, llorando). Puede pasar a tener una visión del mundo como algo hostil para ellos, por lo cual no me agrada esta técnica. Por otra parte, realizar un proceso con mucho diálogo, motivándolo para que se quede inicialmente jugando en su cuna, creo que es lo ideal. Nosotras podemos quedarnos un rato con él y explicarle que esa es su camita, en la cual el debe jugar y dormir. Que nosotras estaremos con el un rato, pero también debe aprender a jugar y divertirse sólo.
En fin, estas son sólo algunas ideas a tener en cuenta.
