En el desarrollo infantil existen varias etapas que se dan de manera natural, muchas de ellas pasan desapercibidas para nosotros los padres a menos que estemos de la mano de un experto o tengamos el acceso a información detallada sobre la estimulación temprana.
Una de estas etapas muy importantes es la de la fuerza en manos y agarre de pinza, seguramente habrás escuchado sobre todo en las entrevistas médicas preguntas sobre a qué edad se sentó pro primera vez tu hijo, cuándo comenzó a caminar, a gatear y a qué edades tuvo agarre de pinza fina y gruesa.
Bueno, todos estos detalles son muy importantes de manera aislada y en conjunto para la funcionalidad de nuestros pequeños.
Pero como mencionaba, si bien son movimientos que deben lograrse solos, también es importante saberlos y estimularlos para asegurar el óptimo desarrollo, además si nuestros hijos presentan alguna alteración como atraso psicomotor, hiperlaxitud, hipotonicidad, etc., con más razón requieren de terapias que les ayuden a perfeccionar específicamente hablando de este agarre que por ende les ayudará a sujetar objetos y hacer movimientos escenciales para el día a día.
Algunos ejercicios suelen ser más dirigidos y tediosos mientras que otros pueden realizarse desde casa los cuales en conjunto con otros estímulos pueden asegurar un avance en su desarrollo. Sabemos que los niños aprenden con juegos, por ello es importante adaptar estos ejercicios a sus actividades diarias para ayudarles sin sentirse forzados o desanimados.
Jugar con plastilina: Gracias a la textura de la plastilina, los niños aplicarán fuerza entre su puño y dedos a la hora de anipularla, de esta manera construir un muñeco o hacer simplemente bolitas puede ser beneficioso.
Rasgar papel: La importancia de aprender a mover y sujetar entre el dedo pulgar y el índice es poco valorada hasta que nos enfrentamos a obstáculos, para evitarlos es importante ejercitarlos de esta forma, tan simple como sujetar una hoja de papel entre ambos dedos con cada una de las manos y rasgar tiras del mismo.
Mojar una esponja: La fuerza debe provenir de los dedos, el puño, la muñeca, el brazo y llegar hasta el hombro, todo esto lo trabajamos al mojar y exprimir una esponja varias veces.
Quitar y poner pinzas de ropa: Conociendo el mecanismo de las pinzas de ropa, podremos entender entonces la gran ayuda que darán a las manos de nuestros pequeños ejercitándolas al apretar cada pinza para acomodarla en su lugar.
De hecho, casi cualquier movimiento puede aprovecharse como un ejercicio, haciéndose énfasis en éste para ayudar a la maduración y fuerza.