El citomegalovirus es una enfermedad infecciosa y contagiosa de la familia del virus que provoca el herpevirus y la mononucleosis.
Es de fácil trasmisión ya que basta estar en contacto con fluidos corporales como saliva, orina o sangre. Las formas más comunes de contagio suelen ser la trasfusión sanguínea, el trasplante de órganos, gotas de saliva en la respiración y el contacto sexual.
Por lo general el virus presenta síntomas muy similares a los de la mononucleosis o el herpesvirus. Fiebre, fatiga, inapetencia, malestar, dolores musculares, erupción cutánea, dolor de garganta. En otros casos puede presentar síntomas más respiratorios, como dolor torácico, tos, dolor de cabeza y dificultar respiratoria entre otros.
Sin embargo, existen muchos casos, en especial cuando se cuenta con un sistema inmune bastante fuerte, en que no existe presencia de síntomas perceptibles. Por lo que en caso de sospechar de padecer citomegalovirus, es recomendable solicitar a tu médico que te realice algunas pruebas de sangre.
Durante el embarazo, el citomegalovirus no causa grandes complicaciones a la madre, pero puede resultar muy perjudicial para el niño en caso de ser contagiado.
Las formas más comunes en las que tu hijo, antes y después de nacer pueda contagiarse son, durante el embarazo de forma placentaria, durante el parto o cesarea, si es que el bebé ingiere secreciones contaminadas de tu cuerpo. O luego de nacer, durante la lactancia, o entrando en contacto con otras secreciones corporales.
En el 90% de los casos la enfermedad resulta asintomática para el bebé. Pero, en el restante de los casos pueden surgir afecciones graves, como hipoacusia, alteraciones motoras, visuales, dentales y auditivas. Pudiendo desarrollarse incluso varios años después del nacimiento.
Durante la gestación, el mayor riesgo es el desarrollo de un parto prematuro, o el nacimiento de un bebé con bajo peso.
Para evitar el contagio, se recomienda evitar compartir utensilios y cubiertos con sectores poblacionales que tienen más probabilidades de ser portadores del virus, como niños en edad escolar y jóvenes. El uso de preservativos durante las relaciones y tener una pareja estable.