Para realizar un ikebana hay que contar con un equipo básico de útiles. El primero ha de ser unas tijeras, fundamentales para cortar las diferentes ramas y tallos de las flores para así conseguir las partes fundamentales que conforman un ikebana. El modelo “hasami” está especialmente diseñado para este cometido, aunque puede utilizarse cualquier otro.
Lo más importante es disponer de un “kenzan”, que es un soporte con púas para fijar los diferentes elementos vegetales y que se puede adquirir en cualquier floristería.
Por último hay que escoger un contenedor para diseñar el arreglo floral. Su tamaño y forma, bandeja plana, cuenco pequeño, recipiente ovalado, dependerán del diseño que se vaya a realizar, ya sea alargado, extendido o elevado. Un mismo ikebana puede concebirse con diferentes tipos de flores; la armonía es el único elemento imprescindible en esta clase de arreglos florales. Así podemos diseñar ikebana completamente distintos con los mismo elementos variando simplemente el recipientes o tomando como elemento principal una flor en lugar de una rama, pero siempre la armonía como bandera.