Como se ha dicho estas técnicas de secado requieren probaturas que implicarán una observación durante el tiempo y la intensidad de la energía suministrada. Es evidente que en el caso de los cristales de sílice, por el cuál secamos al aire, tendremos que anotar cantidades distintas de cristales y el tiempo para una misma clase de flor al mismo tiempo. Por lo que seremos como “pequeños” científicos que acumularán datos de cuántos cristales por flor, cuánto tiempo está al aire, qué temperatura hace durante el proceso. Cabe destacar que, en todos estos procesos el éxito inicial es casual y conviene perseverar y no desesperarse si la primera vez que se intenta no se consigue el resultado deseado.
Respecto las técnicas de microondas y horno. Lo normal es que, para el caso del microondas empecemos con el modo de descongelar y no lo pongamos a potencia máxima. Haciendo pruebas de tiempo y energía suministrada conseguiremos obtener los resultados deseados.