Los perfumes son la debilidad y tentación de toda mujer, pero al momento de elegir una fragancia hay que tener en cuenta algunas consideraciones para hacer frente al impulso que nos obliga a entrar a una perfumería. Si vamos a optar por una fragancia cuyo aroma o esencia desconocemos hay que probarla con mucho detenimiento. Una de las formas de hacerlo consiste en vaporizar una pequeña cantidad sobre la muñeca. Sin frotar la piel, deberemos esperar unos 10 segundos para que se seque. Al oler el aroma debemos mantener la muñeca a unos 5 centímetros de la cara para percibir mejor su esencia.
Si deseamos probar otro perfume, debemos dejar pasar unos minutos antes de hacerlo y luego vaporizamos sobre la otra muñeca. No es conveniente probarse más 2 dos perfumes a la vez ya que el olfato se confunde y luego resulta complicado distinguir el aroma completo.
Otra posibilidad consiste en probarlos sobre tiras de papel. En este caso se debe rociar pequeñas cantidades de la fragancia y luego olerlo a unos 10 centímetros de distancia. Al momento de decidirnos por uno, deberemos probarlo sobre la muñeca ya que, muchas veces, las fragancias cambian en contacto con la temperatura del cuerpo y con el tipo de piel que posea cada persona.
Si el perfume supera estas pruebas significa que hemos dado con la fragancia adecuada.