Se sabe que la limpieza periódica del cutis es indispensable para mantener la piel fresca, suave e hidratada. Pero no siempre uno limpia su cutis de la manera correcta. Para comprobar si estamos limpiando adecuadamente nuestra piel recomendamos realizar el siguiente test.
Primero, lave su cara con los productos que usa diariamente, enjuague con agua, seque la piel con una toalla suave y aplique tónico refrescante. Luego, pase un disco de algodón sobre su frente, los pómulos y la nariz. Observe si quedaron restos con tono amarronado en el algodón. Si quedo este color significa que la limpieza no ha sido suficiente. Si los restos son de color grisáceo es sinónimo de que la piel está completamente limpia.
A continuación, aguarde un par de minutos y una vez que la piel este bien seca, apoye sobre la misma zona (frente, pómulos y nariz) un pañuelo de papel tisú y observe si esta húmedo. De ser así, su piel necesitará un producto específico para piel grasa, como por ejemplo una loción liviana libre de aceite o un gel de limpieza. Si el papel tisú quedo seco y además siente su piel demasiado tirante es signo de que su cutis está seco y necesita hidratación extra. Para este caso conviene reemplazar su crema habitual por otra que contenga elevados factores de humectación.