Una de las ventajas de teñir tu cabello tú misma es que lo puedes llevar a cabo en cualquier momento por lo que se vuelve muy práctico (cuando sabes hacerlo), es económico y rápido ya que no tienes que hacer cita ni esperar a que tengas tiempo libre pues no solo se trata de acudir al estilista sino contemplar al menos 2 horas fuera de casa, en cambio cuando lo haces tú misma puedes seguir siendo multitareas mientras esperas el resultado.
Bien, teñirse el cabello parece entonces muy sencillo sin embargo también tiene sus contras y entre ellos es que el color nunca te queda igual que el de la «cajita» ¿te ha pasado?
Esto se debe a muchos factores, entre ellos y el más simple es que siempre vamos a percibir los tonos diferentes por el efecto de la impresión, no es lo mismo como se ven en vivo que como se ve en una foto, además de que esta foto está retocada y el material del cartón en el que es impresa también afecta.
Si a pesar de tomar estas consideraciones el tono de tu cabello recién teñido no es el que esperabas entonces prueba lo siguiente:
Removedor de color
Hace algunos años teníamos que esperar a que el tinte se cayera solo para poder pensar en alguna solución, ahora es mucho más sencillo acudir a una tienda de productos de belleza y adquirir un removedor. Éste actúa eliminando los pigmentos del tinte ya sea de manera parcial o completamente según la cantidad de tiempo que lo uses, así que con esto puedes bajarle tonos a tu color de cabello llegando al deseado o bien dándole un reset para volver a comenzar.
Vitamina C
Si prefieres seguirte por las soluciones «caseras» entonces tritura un par de pastillas de vitamina c y añade a tu shampoo de uso diario o bien aplica un baño con jugo de limón en cada lavada, el ácido ascórbico te ayudará a bajarle intensidad al color aplicado, solo deberás acompañar este procedimiento de un buen acondicionador para no secar de más tu cabello.
Shampoo limpieza profunda
Bien una manera también efectiva es lavarte tu cabello como lo haces habitualmente, buscando un shampoo de limpieza profunda en lugar de irte por aquellos que protegen y prolongan el color, de esta manera no solo arrasarás con las impurezas de tu cabeza sino también con el exceso de color.
Si bien ninguna de estas «soluciones» te convence entonces la mejor de todas es la paciencia, disfruta el color que te ha quedado que poco a poco llegarás al tono deseado.
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