Psicología Positiva ¿ciencia o espiritualidad?

¿Puede ser considerada la psicología positiva una ciencia o se encuentra más bien del lado de la espiritualidad? ¿Podemos catalogarla como disciplina científica o debemos considerarla un movimiento filosófico?

La psicología positiva encuentra su éxito y afán al sostener que la psicología se ha enfocado históricamente en la enfermedad y la patología psíquica, dejando de lado las emociones positivas, la búsqueda activa del bienestar y la felicidad. Martin Seligman, a quien se considera su fundador, destacó hacia finales de los años 90 la necesidad de investigar emociones tradicionalmente dejadas de lado por la exploración psicológica, entre ellas: alegría, amor, creatividad, sabiduría, optimismo. Desde entonces esta nueva corriente ha ganado cada vez más adeptos al postular como uno de sus objetivos fundamentales “mejorar la calidad de vida de los seres humanos” a la vez que aportar nuevos conocimientos sobre la psique humana.

Desde algunos sectores conservadores se critica a la psicología positiva en tanto afirma que la psicología (“tradicional”) “ha estado exclusivamente centrada en el sufrimiento y los aspectos negativos o patológicos del ser humano” (María Prieto Ursúa). Contrariamente, muchos de los desarrollos actuales de los que se nutre esta nueva disciplina han sido abordados por psicólogos como Carl Roger o Abraham Maslow.

Otra de las críticas recae sobre sus planteamientos metodológicos, los cuales sitúan a la psicología positiva más del lado de un movimiento espiritual o de autoayuda que de una disciplina científica. Recordemos que pese a ser la psicología una disciplina humanista, la rigurosidad científica se ha perseguido desde sus inicios.

Por otro lado, y tal como lo sostiene el reconocido psicólogo e investigador de la “emoción” Richard Lazarus, no podemos determinar a priori si una emoción es positiva o negativa sin considerar el contexto en el cual está surgiendo. En la misma línea, María Prieto Ursúa discrepa con la idea de considerar que las emociones positivas deben estar presentes en todo momento, y se suma a la crítica expuesta por Bárbara Held en la frase “la tiranía de la actitud positiva”, señalando que “Parece que somos cada vez menos capaces de aceptar que a veces es saludable sentirnos mal”.

Al parecer dista mucho la psicología positiva de ser considerada científica por el resto de la comunidad psicológica. Pese a ello, parece de suma importancia rescatar su empuje hacia la investigación de un abanico de emociones que brindan bienestar al ser humano.

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