La terapia de electroshock (electrochoque en su traducción al español), terapia electroconvulsiva o TEC, se utiliza casi mundialmente desde comienzos del siglo XX. Basta nombrar películas como Atrapado Sin Salida para reseñar las particularidades de la técnica en sus orígenes; particularidades que le valieron la más mala reputación entre el colectivo general, sembrando pánico e influyendo de manera negativa en la imagen que poseemos de la misma.
En sus comienzos la técnica se utilizó de manera indiscriminada, similar a lo sucedido con las prácticas de lobotomía (destrucción de vías nerviosas cerebrales mediante intervención quirúrgica). Solo a partir de los años 70 (y paulatinamente en aumento con los años) fueron variando la frecuencia y duración de las estimulaciones, los tipos de pulsos utilizados y las patologías a las cuales se aplica. Actualmente el electroshock dista mucho de aquellas imágenes cinematográficas, en gran parte, gracias a la utilización combinada de anestésicos y relajantes musculares que evitan que el paciente convulsione mientras recibe el tratamiento. Asimismo, el electroshock se reserva solo para la intervención en casos severos de depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia; casos para los cuales los beneficios superan ampliamente los costos (en algunos casos: amnesias pasajeras, delirios y/o problemas cardiovasculares y pleropulmonares).
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.