Discusión y pelea

Jorge Bucay diferenció claramente entre discusión y pelea, en una de las emisiones de su programa televisivo El Buscador. Sintéticamente manifestó que una discusión no necesariamente llegar a ser siempre una pelea; sino que existen una determinada cantidad de actitudes, estados y/o emociones que potencian o generan esta transformación. Así, una discusión puede llegar a pelea cuando:

–         Exijo al otro decir o hacer determinadas cosas.

–         Exagero situaciones, diferencias, estados…

–         Niego parte de la realidad.

–         Elijo un mal lugar o un mal momento para discutir.

–         Generalizo situaciones, actitudes, defectos…

–         Agredo al otro e intento manipularlo o hacerlo sentir mal.

–         Adivino lo que el otro va a decir, lo que piensa o siente.

Estas actitudes transforman una discusión sana y constructiva en una pelea sin ganador. Destruyen el vínculo y la relación entre dos personas; ya sea entre los miembros de una pareja, entre padres e hijos, etc.

Asimismo, Bucay sostiene que cuando el objetivo está puesto en “ganar”, las armas de que podemos valernos son muchas: el reproche (no hiciste, no dijiste, no pensaste); la culpa (si vos hicieras, por tu culpa yo…); la amenaza (si no haces X entonces yo…); y la descalificación (tú siempre igual, eres un/a desconsiderado/a…).

Discusión y pelea no son lo mismo; mientras una construye la relación la otra la destruye; y mientras una enriquece el vínculo la otra lo empobrece.

4.3

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