Durante mucho tiempo se clasificaba a todo niño con alguna alteración en su comportamiento o desarrollo dentro de la misma categoría mermando por mucho la atención necesaria ya que ésta se generalizaba o bien simplemente no existía. El diagnóstico era mucho más estricto o cuadrado basándose solo en algunos puntos para determinarlo, sin embargo con el tiempo la información se ha diversificado dando así oportunidad a identificar una amplia paleta en síntomas o signos clasificables e incluso los que no son muy claros entran en otra categoría.
El síndrome de Asperger está considerado dentro de los trastornos en el desarrollo, afecta la parte conductual de quien lo padece entorpeciendo su relación con el entorno social y la percepción del mundo, por lo regular se confunde con un grado funcional de autismo y aunque perteneces ambos trastornos al grupo de TEA (trastornos del espectro autista) no se describen de la misma manera.
Si notas alguno de los siguientes comportamientos en el niño o niña, lo ideal es pedir la opinión de un experto en el tema, pregunta a la psicóloga de la escuela o tu pediatra por guía en estos casos.
- El niño se aísla y no convive con las personas a su al rededor o es muy selectivo cuando lo hace.
- Cuando tiene intención o interés por socializar no sabe cómo hacerlo.
- Presenta ecolalia o repetición de lo que escucha a su al rededor.
- Utiliza un lenguaje complejo para su edad y se expresa con diálogos sacados de las películas o sus programas de tv.
- Habla en tercera persona; quiere sentarse en lugar de quiero sentarme o este juguete es tuyo, en lugar de es mío.
- No tiene juego imaginativo, utiliza los juguetes de manera peculiar o se concentra en ciertas partes únicamente.
- No entiende los códigos y comportamientos sociales; chistes, bromas, lenguaje no verbal, etc.
- Tiene hipersensibilidad sensorial; le llegan a molestar ruidos, luces, texturas, se muestra irritado o asustado a menudo.
Sigue con; Cómo identificar a un niño con autismo