La principal preocupación de toda futura madre es la salud de su futuro bebé. Y estando embarazada la preocupación de contraer alguna enfermedad se hace mucho mayor. ¿Qué ocurre cuando contraemos una infección? ¿Esta afectará el desarrollo de nuestro bebé?.
Si bien la gran mayoría de las infecciones benignas no afectan en absoluto nuestra salud general, el estar embarazada genera una gran diferencia. Existen algunas infecciones que de no ser tratadas adecuadamente pueden llegar a causar serios problemas al bebé durante su gestación o incluso traerles problemas de por vida.
¿Sospechas de la posibilidad de tener una infección?, por lo general todas las enfermedades infecciosas tienen entre sus síntomas la temperatura elevada o fiebre. Si tu temperatura llega a los 38 grados, entonces comunícate lo antes posible con tu médico.
La temperatura alta, ya por sí sola, puede generar riegos para el desarrollo adecuado de tu embarazo, produciendo en ocasiones contracciones y abortos espontáneos.
Algunas de las infecciones más comunes en embarazadas son la rubeola, la toxoplasmosis, la varicela, la listeriosis, el herpes genital, las infecciones urinarias y el citomegalovirus.
Para evitar padecer de alguna de estas enfermedades, lo más recomendable es tener unos cuantos cuidados. Si bien se tratan de actividades simples en su mayoría su realización puede evitarte futuros problemas y preocupaciones.
Ten mucho cuidado con lo que comes, evita consumir alimentos de dudosa preparación. Consume siempre carnes y huevos bien cocidos, trata de no consumir embutidos y carnes frías. Frutas y verduras cocidas o sin piel y rigurosamente bien lavabas.
Si tú eres la que usualmente cambia la arena del gato, es momento de delegar esa tarea a otra persona, ya que por lo general las heces de los gatos son un foco alto de contagio de toxoplasmosis.
Lávate con frecuencia las manos, en especial si realizas actividades como jardinería, cuidar o jugar con mascotas o niños pequeños, principalmente en edad preescolar, que sospeches que puedan tener algún tipo de infección.
Trata de evitar estar en contacto con personas que sepas que tienen alguna afección contagiosa o una infección.
Al ir al baño, recuerda siempre limpiarte de adelante hacia atrás. No te realices duchas vaginales y utiliza un jabón específico para la zona que sea previamente aprobado por tu médico para el aseo, caso contrario utiliza simplemente agua limpia.
Ten una alimentación adecuada, con suficientes verduras y frutas, consume regularmente yogurt para ayudar a mantener un balance adecuado del PH intestinal y vaginal, además de contribuir al adecuado desarrollo de la flora intestinal que en muchas ocasiones actúa como una barrera para frenar infecciones intestinales.
Consume bastante agua, para evitar problemas de infección urinaria y afecciones renales, muchas veces desencadenadas por el poco consumo de líquido durante el embarazo.
Si padeces fiebre, no te automediques con antipiréticos de venta libre, consulta con tu médico o partera para recibir la medicación adecuada para tu etapa de embarazo y descartar posibles infecciones o cualquier otra enfermedad, para luego tratarla y eliminarla.