Sin duda la leche materna es el alimento ideal para un recién nacido, no obstante la alimentación con ésta debe cumplir un ciclo al igual que todas las etapas venideras en la alimentación de un bebé.
La lactancia cubre desde el nacimiento hasta los cuatro años como etapa, de ahí la leche se vuelve solamente un complemento en la alimentación más que la base de ella, mientras tanto se debe dar mucha importancia al tipo de leche, calidad y cantidad.
Después de los 6 meses es cuando regularmente se pasa de leche materna a alguna fórmula más completa para la alimentación del bebé, dicha fórmula debe elegirse con mucho cuidado pues al querer ahorrarnos unas monedas o elegir la que la vecina nos recomendó puede traerle consecuencias a la salud de nuestro hijo o hija.
Éste cambio debe hacerse bajo supervisión y con la recomendación del pediatra, al cambiar cualquier tipo de leche o fórmula se debe observar al bebé de 24 a 48 horas y hacer el cambio de manera paulatina para poder observar cualquier alteración en la salud.
Se recomienda el uso de fórmulas especiales durante los 4 primeros años de vida y no brindar cualquier leche entera. En caso de presentarse diarrea, vómito o urticaria en este lapso de tiempo se debe suspender la leche y acudir de inmediato al médico.