La espina bífida es un problema congénito, que se da durante el desarrollo del bebé. Básicamente consiste en un desarrollo incompleto de la médula espinal, las meninges e incluso parte del cerebro.
En palabras mucho más simples, se trata de un desarrollo incompleto del bebe, por lo general en la espalda. Lo que provoca que parte de la médula espinal u algún otro tejido del sistema nervioso se encuentre desprotegido por los huesos de la columna.
Muchos médicos no tienen aún muy clara la causa de este problema. Sin embargo le atribuyen a la nutrición un papel muy importante. Muchos argumentan que en realidad se debe a que la madre no consumió suficiente ácido fólico, antes de quedar embarazada y durante los primeros meses de embarazo.
Esta afección no es considerada hereditaria, por lo general las personas que padecen de algún tipo de espina bífida o espina hendida, no tienen hijos con el mismo problema. Sin embargo las mujeres con problemas de espina bífida suelen consumir un apoyo vitamínico más estricto. En caso de que el problema de una mala absorción de ácido fólico fuera de carácter hereditario.
Aunque es considerablemente muy fácil de evitar, resulta ser una enfermedad muy común, por la mala alimentación que tienen las madres. Se estima que dos de cada 5.000 bebés padecen de espina bífida en alguna de sus variaciones.
Esto puede deberse principalmente al creciente consumo de comida chatarra por parte de la madres y futuras madres, que dejan de lado el consumo de ácido fólico, folato o vitamina B, que se encuentra presente en muchos vegetales, en especial en las verduras de hoja verde.
Si bien la espina bífida no tiene una cura, puede ser tratada mediante cirugías. El tejido nervioso dañado no puede recuperarse, pero si se puede tratar de restaurar la función de los nervios involucrados.
Los niños con una lesión leve a causa de este problema, por lo general no requieren una cirugía e incluso en el caso de la espina bífida oculta muchas personas no son consientes de padecerla hasta muy avanzada edad.
En algunos casos más complejos, los niños con espina bífida requerirán de dispositivos de asistencia para poder caminar y varias operaciones durante su desarrollo.
Esta es una razón más para darle la adecuada importancia a los controles prenatales, ya que gracias a ellos puede de alguna manera prevenirse, controlarse e incluso puede ayudar al médico a planificar con los padres el tratamiento adecuado para el niño ni bien nazca.