Parque Güell en Barcelona

Barcelona es una de las mayores ciudades de España. Es vibrante, intensa, cosmopolita y tiene un toque bohemio que envuelve.

Conocerla bien puede tomar mucho tiempo pues tiene muchas cosas por descubrir, pero sus lugares emblemáticos se pueden recorrer en unos días, así que lo mejor será tomar un vehículo en alguna empresa de alquiler de coches en Barcelona para tener autonomía y disfrutar de esta ciudad llena de sorpresas.

Para hospedarte, la ciudad condal ofrece una amplia variedad de alternativas aunque lo que está de moda es alquilar apartamentos en Barcelona, sobre todo si eres de los que quieren total privacidad e independencia a precios razonables.

De todos los lugares maravillosos que ofrece la ciudad para conocer hay uno que ofrece una encantadora combinación entre naturaleza y arquitectura: el Parque Güell, resultado del estruendoso fracaso de un proyecto de urbanización privada que el acaudalado Eusebi Güell encargó al maestro Gaudi.

Para visitarlo deberás llevar zapatos cómodos pues no querrás dejar de caminar por este parque jardín que te irá presentando sus maravillas arquitectónicas a medida que los vayas recorriendo.

Su mayor encanto es la mezcla del verdor natural de tantos árboles, plantas y flores con las obras de Gaudí tan particulares y llamativas que empiezan desde la entrada y culminan en la cima de la colina un monumento que da fe de la religiosidad de su autor.

El parque tiene varias entradas pero la más impactante es la de la Calle Olot donde empieza la muralla que rodearía el lugar y que nunca se concluyó, allí mismo se disponen los famosos Pabellones que serían las porterías . Aquí es la primera foto obligada llena de colores y del particular estilo modernista de Gaudí de dar vida a sus obras con cerámica a trocillos.

En la entrada, ante una se imponen unas Escalinatas rodeadas de elementos decorativos que atrapan la mirada cada vez. Un eje central donde resalta la salamandra que se ha convertido en el icono del parque y de la ciudad, fuentes, muros, y al final una sala circular ocupada de pilares, la Sala Hipóstila o de Las Cien Columnas que inicialmente sería el mercado pero el tiempo la ha convertido en una sala de conciertos improvisada para músicos aficionados.

Las columnas de la Sala Hipóstila sostienen el punto de encuentro principal del parque y su lugar más atractivo: la Plaza que reúne en su inmensidad a turistas, nativos, músicos, artistas y vendedores ambulantes. Es una parada obligada y una excelente oportunidad para hacer las mejores fotos panorámicas del parque y de la ciudad.

La transición entre la parte baja y la alta del parque es hace a través de Los Viaductos, otra maravilla arquitectónica que diseñó Gaudí para que transitaran por éstos tanto carrozas como transeúntes. Con estilos diferenciados en cada tramo, terminan cuando la inclinación de este monte no le permitió continuar y la colina continúa su ascenso hasta terminar en el monumento del El Calvario, precedido por un camino piedras rodeado de abundante vegetación.

El Calvario es un monumento de planta redonda con tres cruces que se levantan sobre ésta. En el proyecto inicial una capilla ocuparía este lugar pero a cambio Gaudí ideó este monumento en el punto más alto del parque Güell desde donde se contemplan las mejores vistas de Barcelona.

Entrada Parque Güell

Pabellones Parque Güell

El Calvario Parque Güell

La Plaza Parque Güell

4.3

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