Los paisajes y poblados de Oceanía la han abierto al mundo como un nuevo destino turístico. Constituida por tres grandes territorios Nueva Zelanda, Australia y Nueva Guinea, se convierte en un destino cada vez más buscado por los viajeros que alternan nuevas rutas y experiencias.
Nueva Zelanda es un verdadero polo cultural y la riqueza de sus legados y la vida de sus habitantes maoríes trasladan a miles de turistas cada año que llegan a conocer una parte de la historia del mundo que solo puede creerse in situ.
Los interiores de Nueva Zelanda sorprenden a cada paso. El viaje desde su capital Auckland reconocida por la belleza y la novedad hacia distintos puntos se convierte en un viaje exploratorio.
Poco a poco la ruta nos lleva hacia Waitomo un lugar que se podría llamar casi subterráneo. Nos encontramos en un complejo de cavernas donde la fascinación y el misterio a cada paso se vuelven el mayor objetivo. La gran diversidad de cavernas y cuevas permiten que a distintas edades y aptitudes físicas el paseo pueda ser de disfrute para todos. Asimismo, en la zona, hay operadores turísticos que proveen de información de cada entrada.
Una de las más recorridas es Aranui Cave. Muy distinta de todo el resto no contiene en su interior ni agua ni hielo y por ella se puede andar a pie, sus estalactitas son considerados los más delicados del mundo y para evitar que sigan perdiéndose solo es posible ingresar con visitas guidas.
Pero la recorrida se une con diversión en distintas cuevas donde empresas y operadores de turismo combinan el conocimiento, el turismo cultural y la diversión a través de botes, paseos por los ríos internos y un sinfín de actividades. Consejo: no se vuelva sin conocer las cuevas Glowwom donde miles de luciérnagas que cuelgan iluminarán su camino.