El turismo perfecto y repleto de sol, a la tarde apenas se llega a Grecia se puede apreciar el Monte Parnaso luego de recorrer casi 177 km desde la hermosa Atenas, se puede acceder a la Vía Sagrada, este es un camino de muchas curvas ascendentes que terminan en la entrada del templo, a su derecha e izquierda se podrán apreciar las ofrendas, son el testimonio de enormes acontecimientos históricos.
Se puede destacar el Monumento a los Almirantes, el cual se basa fundamentalmente en 37 estatuas de bronce que los espartanos construyeron el al año 404 a.C., como también la base del exvoto de los atenienses por la batalla de Maratón.
Las ruinas con enormes y apreciados tesoros, de los sicionios, los sifnios y los atenienses, es algo que marcará una emoción profunda, este último edificio dórico fue restaurado y un poco más arriba se verán sobresalir algunas rocas entre las ruinas de esta construcción, las cuales eran consideradas muy sagradas.
Estas rocas pertenecieron al santuario de gea, la deidad dominante en este sitio antes de la llegada de Apolo, es la piedra más inmensa, la Piedra de Sibila, en este lugar se cree que arribó la primera adivina cuando procedía de Delfos, y la más pequeña es la Piedra de Leto, la leyenda dice » a su roca subió la madre de Apolo, Leto, y suplicó al niño para que matara a la guardiana Pitón», de acá deriva el nombre de la Pitonisa o Pitia.
En la actualidad se encuentra el Museo de Delfos, es una visita que no se debe dejar de postergar y detrás se alza una columna con la Esfingue de los naxios, un bello viaje repleto de emociones.