Ornamentada por el Malecón, el casco histórico de La Habana rebosa de hermosas callecitas de multiples colores y muy esplendorosas que confluyen en plazas realmente espectaculares, La Habana te atrapará con sus contrastes encendida por las luces de neón, las cuales la destacan como la antigua ciudad, plaza abrazadas por las iglesias refinadas y con edificios que cuentan con diversos estilos.
Las plantas tropicales brindan sombra a los bares de los alrededores, estos son auténticos bares de tradición y de reunión, mucho espacimiento, muy cerca a ellos la Plaza Catedral, cuenta con un estilo barroco la cual se encuentra cercada por aristocráticos edificios petenecientes al siglo XVIII.
Un retratista baila alrededor de los clientes mientras proyecta caricaturas de excelente calidad muy próxima la afamada Bodeguita del Medio.
Se puede acceder a comprar libros de segunda mano en el famoso Mercado de Plaza de Armas, la cual es custodiada por edificios de hermoso diseño y estampa colonial.
En el Floridita se podrá detener a degustar los famosos daikiris y desde la Torre de la Basílica de San Francisco las vistas panorámicas te resultarán increíbles, una ciudad como pocas, bellas vistas de la ciudad y en la plaza se accederá a sacarse una fotografía con el barbudo y el carismático Manuel.
Pueblo cubano muy alegre y bullicioso, amantes de los buenos ritmos, se regocijarán con los bailes que están improvisados en los restaurantes, divertidos y se accederá si uno desea a bailar con ellos.
Los cubanos son gente muy amable y cuentan con mucha alegría de vivir. La Habana es una ciudad contagiosa de mucha simpatía, música y de tragos típicos que te seducirá, un viaje encantador y el turismo cultural ideal.