Sus habitantes consideran a Copenhague una ciudad acogedora y abierta al mar, con el cual armoniza desde sus más remotos orígenes. Con una gran cantidad de parques y espacios públicos, se dice que la capital danesa es una urbe diseñada para las personas.
Con una arquitectura urbana de estilos predominantemente barroco y rococó, con un sutil toque nórdico, al pretender recorrer esta encantadora ciudad, cuna de Hamlet, se presenta la difícil situación de decidir por que medio hacerlo.
Sus numerosos canales ofrecen una atractiva panorámica desde alguno de los barco-bus, mientras que el casco histórico es digno de recorrerse a pie; pero sin lugar a dudas una excelente forma de recorrer la capital de Dinamarca, es hacerlo como sus propios habitantes: en bicicleta.
Con una fuerte conciencia ambiental que se refleja en todo el país, el andar en bicicleta es prácticamente un estilo de vida para los daneses, siendo practicada esta actividad por más del 55% de la población, y no solo por motivos ecológicos, sino que también por la practicidad, economía y placer que brinda este saludable ejercicio.
No tiene más que salir a la calle, o preguntar en el hotel, para enterarse de donde alquilar una bici. Una vez equipado, un buen punto de partida seria la Nørrebrogade, la vía para bicicletas más visitada de todo el mundo, con unos 36.000 ciclistas que ruedan sobre su pavimento diariamente!
A lo largo de sus varios kilómetros podremos visitar varios parques exquisitamente cuidados y algún mercado tradicional donde comprar una artesanía típica, como una copia de la emblemática escultura de La Sirenita.
Un punto que no se puede dejar de ver es el palacio real de Amalienborg, el cual, considerado de los mas bellos de la Europa del Norte, es la residencia oficial de la reina Margrethe II y los príncipes herederos Frederik y Mary. En su interior existen espacios abiertos al público, como el Museo Real; mientras que una interesante curiosidad para visitar será el Superkilen, un parque multiétnico con una original decoración y elementos de mas de 50 naciones que se inaugurará en la primavera.
Las opciones son innumerables, nada más basta subirse en una bicicleta y recorrer alguna de sus ciclovías, deleitándose a un buen ritmo de la hermosa arquitectura, ambiente distendido y la amabilidad de la gente que ofrece Copenhague.
Texto: Martín Bruno