El uso del internet se ha vuelto algo tan usual que vale la pena de vez en cuando recordarnos sus peligros.
Como en todo lo nuevo que comenzamos a usar, vamos dando pequeños pasos con cautela e incluso miedo, por ejemplo cuando compras tu primer celular que no quieres ni quitarle el plástico protector, pero ¿qué tal unos 6 meses después de uso?. Lo mismo pasa con la navegación por el ciberespacio, el uso de páginas, compartir información y las redes sociales, es tal su uso que hemos olvidado esa parte de precaución pues se vuelven parte de la rutina e incluso chatear con extraños es algo sumamente familiar.
Sin embargo, si sumamos esta actitud «natural» del ser humano, con la facilidad y hasta cierto punto; descontrol que implica el uso del internet, entonces ahí sí podemos hablar de resultados desenfrenados que tristemente son cada vez más habituales. Estafas, catfishing, hackeos, son ejemplos de lo que puede darse en el lado oscuro de la red.
No obstante su uso es casi inevitable y cada vez son más las acciones cotidianas que le confiamos al uso de la tecnología, pero siempre que haya interacción entre dos lados y que estos no se comprueben (lo cual es muy difícil de hacer por internet) habrá un riesgo a caer en malos juegos.
Cómo protegernos
Recordemos que nuestra computadora o celular son un elemento físico que tenemos frente a nosotros; la prendes cuando necesites y la apagas cuando dejas de usar ¿simple no? Espera…el ciberespacio no es así, no es algo físico que podamos prender y apagar (y no hablo de la señal del internet) mientras tú te desconectas, toda tu información y movimientos siguen y siguen, el ciberespacio es un hoyo negro cuyo alcance y dimensión no podemos calcular.
Se dice, que una vez que subes información a la red, se quedará ahí por siempre, explicar esto nos tomaría mucho tiempo y entrar en cuestiones numéricas e informáticas, así que el mejor consejo que se puede dar es: «No subas nada que no quieras se quede», antes de compartir una foto, de crear un perfil, de opinar incluso, piénsalo muy bien.
Quizá sea la tarea más tediosa que tengamos que hacer pero la mejor manera de protegernos en la navegación del ciberespacio es hacer conscientes nuestros movimientos. «¿Realmente quiero hacer pública esa foto?»
Y para tomar este tipo de decisiones, nada mejor que a pesar de los filtros de privacidad, siempre piensa que el mundo te verá (porque en algún punto así sería) y entonces decide.
Date el tiempo de entrar a tus cuentas y cambiar contraseñas, de revisar minuciosamente tu listado de contactos y «amistades», de limpiar los contenidos de tus redes, si bien no se puede evitar su uso sí podemos recuperar algo de control sobre éste.
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