Antes de casarte, de tener hijos, de seguir viviendo con tus padres o de buscar compañero de vivienda «vive sola«, como mujeres aún hay muchos tabúes sobre lo que tenemos y no permitido hacer pero son solo eso, prohibiciones por prejuicios, mismos que poco a poco hemos ido rompiendo precisamente al ir más allá que lo que nuestros padres y abuelos acostumbraban.
Vivir sola es algo que toda mujer debería experimentar aunque sea una vez e su vida, una cosa es salirte de casa de tus padres, otra es postergar un compromiso con la pareja, pero vivir sola sin nadie más que tu compañía es desafiante y satisfactorio a la vez.
Sigue leyendo; 3 herramientas que pueden ayudarte en el cambio de ciudad
Aprendes a disfrutar tu propia compañía
Incluso si estás acostumbrada a rodearte de gente, vivir sola se vuelve algo mágico, estar en paz contigo misma es la mejor compañía.
Puedes darle tu toque a tu espacio
El mobiliario, los colores, la vajilla, sea un entorno austero o lujoso se vuelve una extensión de ti y tu personalidad.
Valoras a tu familia
También te hace recordar y apreciar esos momentos en que tu familia se encontraba al rededor, valorar sus aportaciones para tu nueva vida y querer ir convivir de una manera diferente.
Nadie te dice qué hacer
Te sientes libre y es que al fin de cuentas las personas somos seres sociables pero independientes.
Te vuelves responsable
Contrario a lo que la mayoría de los padres piensan, vivir sola te hace cuidar más de tu espacio, tus cosas, la limpieza del lugar, tus comidas, tus finanzas… si no lo haces tú ya no hay quién lo haga por ti.
Valoras nuevas compañías
Vivir sola te abre la oportunidad de nuevas conexiones sociales, una vecina que te tienda la mano, un amigo del trabajo con quien puedas platicar de tu experiencia, etc.
Creces como persona
Vivir sola implica un gran reto emocional e incluso físico y todo esto se suma como experiencia.
Descubres qué te gusta
Cuando ya no tienes que limitarte o preocuparte por el qué dirán, comienza a aflorar tu verdadera personalidad.
Tus cosas son tuyas
No tienes que preocuparte por prestarlas o que te las muevan de lugar e incluso rompan o pierdan.
Y por último, tienes libertad de explorar y vivir lo que quieras y como quieras sabiendo que la única persona a quien esas vivencias van a perjudicar o recompensa es a ti y esto te complementa como persona para el siguiente paso en tu vida.
