¿Problemas en el paraíso?
Los resultados financieros del tercer trimestre fiscal de Apple han revelado una, esperemos que ligera, tos de pecho en el iPad, uno de los productos más importantes de la compañía, registrando por primera vez un descenso en el número de unidades vendidas respecto al mismo trimestre del año anterior. Hasta ahora lo normal para el tercer trimestre era que el iPad duplicase su récord de ventas anterior, así que los 14,6 millones de iPads vendidos durante los últimos tres meses frente a los 17 millones del año anterior están dando mucho de lo que hablar, y con razón.
¿Estamos ante el fin de la buena racha de Apple?
Definitivamente es pronto para saberlo. Quizás es que Apple está finalmente notando el aliento de sus competidores en la nuca o quizás no tenga nada que ver. Puede que tan solo sea un traspiés en un año atípico en el que la nueva generación del iPad no se lanzó dentro de su calendario habitual entre marzo y abril, sino en noviembre junto al iPad mini, trasladando al tercer trimestre el tradicional bajón del segundo provocado por el desgaste indudable que sufre un producto después de un año en el mercado sin rebaja de precio y a escasos meses de su presunta renovación.
Tampoco podemos ignorar la tercera posibilidad. Que tras vender 155 millones de iPads en tres años, cerca de tres veces el número de Macs vendidos en sus primeros veintidós años de historia, el mercado de los tablets esté alcanzando cierta madurez. Que muchos de los que querían un tablet ya estén leyendo estas líneas cómodamente desde uno en su sofá y no sientan la necesidad de cambiar su iPad 2 por uno de nueva generación por mucha pantalla Retina que tenga.