La tienda App de Apple ofrece actualmente más de medio millón de aplicaciones para el iPhone y un número significativo para el iPad; esto nos da una idea de lo popular que estos programas son para los usuarios del smartphone y la tableta de la marca de la manzana. De hecho, el mercado de demanda de programadores (o desarrolladores) de este tipo de software está creciendo vertiginosamente.
Puesto que entre más aplicaciones haya mejor para Apple, la empresa pone a disposición de los desarrolladores el iOS Developer Program, actualmente con un coste de 99 dólares al año, que brinda una serie de herramientas, tanto para el desarrollo (con el suministro de un Xcode, un creador de interfaces, además de vídeos explicativos y foros), como para su prueba (con herramientas propias de Apple) y posterior comercialización (a través de las tiendas App).
La utilización de la citada tienda tiene la ventaja de que el desarrollador escoge el precio de venta de su producto (ya sea un precio fijo o en base a publicidad), del cual recibe el 70%. Por otro lado, no existen costes adicionales de mercadeo o por alojamiento del producto, por ejemplo, lo que representa importantes ventajas.
Sin embargo, no todo en el desarrollo de apps es programar. El aspecto del marketing y la protección legal del producto es probablemente tan importante como lo primero. Desde escoger un nombre adecuado para la app hasta registrarlo, ninguno de estos aspectos puede dejarse en el aire. Tanto el nombre del producto como del desarrollador puede registrarse como una marca comercial, ante la Oficina Española de Patentes y Marcas. Asimismo, el software debe registrarse ante el Registro de la Propiedad Intelectual, pues en España -al igual que en la mayor parte del mundo- los programas informáticos no son patentables.
Inquieto y devorador de temáticas web y posicionamiento.
Fundador de iOrigen y otros proyectos personales.