Los Augurios, diferente a las mancias, es la predicción, el aviso, el presagio. Las mancias, podríamos definirlas, como las herramientas o métodos utilizados para lograr o producir los augurios, la predicción en si. Todos, en menor o mayor grado, predecimos en la vida de los demás y en la nuestra; nos guste el termino o no. Cuando le decimos a la gente que algo no le conviene. Cuando decimos: te vas a enfermar. Cuando decimos va a llover, estamos Augurando. Prediciendo un acontecimiento, que pensamos va a suceder de esa forma.
El método que utilicemos, para llegar a dicha conclusión, se podría considerar una mancia. Sea las cartas, la palma de la mano. La borra de Café. La mancia es el instrumento, el augurio la predicción. Es importante hacer la salvedad, porque al verlo desde este punto de vista, es más fácil entender, que todos somos creyentes en profetizar sobre lo que pensamos va a ocurrir; y que no es solamente, ejercicio o profesión de unos pocos. Cuando decidimos irnos a convivir con alguien, por ejemplo, estamos augurando, prediciendo, vaticinando, que nos va a ir bien. Que todo va a funcionar, si no lo pensáramos así, nunca lo haríamos.
Los augurios son más comunes y naturales de lo que pensamos. Si somos observadores y analíticos, podremos estar concientes durante el día de cuantos augurios estamos levantando hacia nosotros u otras personas y cuantas otras personas están levantando hacia ellas o hacia ti. Los augurios, no siempre se dan. Allí el grado de percepción de cada cual. Pero con la práctica, dicen los conocedores; los errores de interpretación van disminuyendo.