Hablemos de la meditación. Durante el día, miles de pensamientos se disparan en nuestra mente unos importantes y otros solamente producto de nuestra imaginación. La mayoría de las personas, en su estado conciente, tienen todos estos pensamientos rondando por su mente durante todo el día y lamentablemente durante la noche, son llevados a sus sueños como una grabadora que repite lo mismo una y otra vez. La meditación, ayuda a poner esos pensamientos en orden, dando prioridad a las cosas importantes que uno debe atender con prontitud.
Colocando cosas menos importantes en su justa perspectiva y desechando o borrando aquellas cosas, incluyendo malestares y preocupaciones, que en la mayoría de los casos, son productos de nuestra imaginación mezclados con elementos reales de nuestras circunstancias. Meditar es aquietar la mente. Ser uno con nuestro ser. La practica de la meditación debe ser constante, algunos dirían que cotidiana. Algo que se debe hacer todos los días e incluso ser parte de nuestras enseñanzas a nuestros hijos, como herramienta para la vida. Las personas que meditan, una o dos veces al día, sacan unos 10 a 15 minutos para alejarse de todo, en sus cuartos o en los parques públicos, en contacto con la naturaleza para simplemente ser.
Entrar en contacto con el Yo interno, como se le dice en algunos círculos dedicados a la practica. Con esto se obtiene, el beneficio de la calma mental, claridad de pensamientos. Organización de los mismos. Pensamientos reveladores y el mejoramiento de la intuición, entre otros beneficios como mejorar la salud como testifican sus practicantes…