A poco más de tres semana estamos, para celebrar la navidad, en compañía o no, pero sea como sea siempre tenemos en mente, que daremos de comer a nuestra familia, en unas fechas, que se vuelven especiales, aunque siempre con ausencias, y aun con la añoranza que nos une a los que no están, intentamos pasar esas fecha lo mejor posible y no hacer pasar un mal rato a quienes nos acompañan en estos días señalados, especialmente en los tiempos que corren, que será mucho más marcado, en tiempos de crisis, cuando situaciones que muchos teníamos olvidados, volvemos a sufrir en fechas señaladas, haciéndolas todavía más pesadas, aún así, unos pocos detalles, no vienen nada mal.
En mi familia, ya estamos pensando en los detalles, el menú, los adornos de la mesa, y un largo etcétera que rodea cada una de las reuniones que hacemos, especialmente los fines de semana, que solemos estar los que somos habituales en las fiestas navideñas.
Tomar la decisión, sobre que platos se van a poner, es algo realmente lo más difícil de todo lo que puede rodear las fiestas navideñas, y es por ello, por lo que llegar a un acuerdo, en que poner si carne o pescado, pensar en el primer plato, los entrantes, el plato principal, el segundo plato y cómo no, el postre.
Yo, soy partidaria de poca comida, que no llene en el primera tanda de platos a servir, sino que sea, una comida simple pero que cómo dije, no llene desde el principio, teniendo en cuenta, que en ocasiones, los excesos conllevan a ausencias y con ello, la preocupación de poder pensar porqué no asistió a la comida o cena a la que fue invitado.
En cualquier menú, solemos poner una ensalada, sopa… Así pues, en el menú navideño, deberíamos empezar con unos entrantes, y una ensalada, ya que es un plato ligero, aún sin olvidar, que en invierno, apetece más un caldo.
Por supuesto, dando paso, al primer plato, bien sea carne o pescado y por supuesto, un tercer plato, que es sin duda alguna, el momento de disfrutar de un delicioso postre.
Así pues, hablando de postres, los dulces son sin lugar a dudas el principal de cada familia, ya que no pueden faltar los turrones, los polvorones, los dulces hechos en casa que saben a gloria, más cuando son cosechas que pasan de generación en generación, y que solamente, es el punto fuerte de cada familia, en el que los días navideños, recordamos como ha ido pasando de generación en generación a lo largo de toda la historia de la familia.
Por lo que, cualquier comida o cena navideña, no pueden faltar la de gustación de los dulces típicos y cómo dije, si son preparados en casa, el éxito es sin lugar a dudas, asegurado.