Muchas personas afirman que en la vida se pueden tener sexo o amor; pero no las dos cosas a la vez, y con la misma intensidad. Sostienen que cuando se comienza a amar a alguien, el sexo disminuye en grado y frecuencia.
En realidad, las personas que dicen esto no están muy equivocadas. Lo que sucede es que a medida que el tiempo pasa; y pasa el torbellino del enamoramiento, y esa ceguera que hace que el otro se vea perfecto; comienzan a aparecer la rutina cotidiana y los desperfectos de quien tenemos a nuestro lado. Estos dos aspectos, sumado a las emociones derivadas de todos estos cambios; hace que la sexualidad de cada integrante de la pareja se vea influida, quedando comprometidos el deseo y la capacidad de disfrute.
Si bien la sexualidad será diferente en las diversas situaciones de la vida, esto no significa que debamos decidir entre sexo o amor; o que tengamos que resignar a uno en pos del otro.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.