El rechazo y la indiferencia hacia los niños, por parte de sus protectores, es más común de lo que suponemos. En algunos casos se trata de actitudes francamente visibles; pero en otros, pasan desapercibidos por ir dirigidos hacia ciertos rasgos fisonómicos o de carácter del niño.
Es importante destacar que indiferencia y rechazo no son la misma cosa; mientras el rechazo involucra una serie de acciones o modos que implican la negación de afecto, cariño, protección, atención o mimos (en mayor o menor medida); la indiferencia implica un no reconocimiento de la persona en su totalidad o de alguna o algunas característica de la misma.
Los niños rechazados o tratados con indiferencia hacia su persona total, registran una fuerte necesidad de atención y amor; por lo que se vuelcan al exterior para conseguirlo (escuela, amigos, etc.). En circunstancias extremas, suelen desarrollar fuertes sentimientos de afecto por personas desconocidas. Si en cambio, el rechazo o la indiferencia son hacia aspectos parciales; por lo general sucede que “lo” rechazado es desestimado poco a poco por el niño hasta desaparecer.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.