Primer año de vida

El primer año de vida del niño, así como el segundo, son los más importantes para el advenimiento de un desarrollo saludable.

Desde la teoría psicoanalítica, a este lapso de tiempo le corresponde la denominada etapa oral. Es común, por ejemplo, que todo lo que el bebé tome se lo lleve a su boca y lo succione; ya que experimenta y establece contacto con el mundo exterior por medio de su boca. Uno de los hechos más significativos es el amamantamiento; a él se le debe gran parte de la satisfacción y bienestar, tanto física como psicológica, que experimenta el niño.

Desde la teoría piagetiana, este momento corresponde al período de la inteligencia sensorio-motriz. El bebé adquirirá sus primeros hábitos y ejercitará la coordinación viso-motora; por ejemplo, tomando objetos, observándolos y dejándolos caer. Todas estas acciones se realizan simplemente por el placer que producen. Más adelante, las acciones se complejizan; golpea objetos contra su cuna, los lanza o agita, etc.

Paulatinamente, durante este primer año de vida, el niño irá diferenciándose de los demás; reconociéndose y reconociéndolos como seres independientes a él, que pueden brindarle satisfacciones o frustraciones; pero mientras tanto toda frustración será atribuida al medio externo. Por ello, resultará sumamente importante estar atentos a las necesidades del niño, tanto físicas como psicológicas.

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