La masculinidad y el machismo, no son lo mismo; aunque a veces es difícil diferenciarlas. Para lograrlo, debemos recorrer el desarrollo del varón, desde sus primeros días de vida.
A diferencia de la mujer, la identidad del varón se construye sobre la constante represión de los sentimientos; actitud que se asocia a “lo femenino”. Por eso desde pequeños, los niños aprenden a que un “verdadero hombre” no llora, ni muestra debilidad o inseguridad, ni expresa sus emociones.
Dado que el vínculo primario de todo ser humano es con una mujer; los varones tienen una tarea extra, diferenciarse de la madre mediante la oposición a todas aquellas características que se consideren propias del sexo femenino.
En la medida en que el varón falle en el logro de esa separación, exhibirá conductas estereotipadas socialmente, muchas de las cuales entran en la categoría de machismo.
La masculinidad y el machismo no son lo mismo; este último tiene que ver más con una reacción desmedida, producto del fracaso en el logro de la masculinidad.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.