El hijo único suele desarrollar características distintivas, en comparación con otros niños que no lo son. Muchos psicólogos sostienen que el convivir sólo con adultos, modela la personalidad del niño, de manera muy diferente a los niños que interactúan periódicamente con otros de su edad. Situación similar se observa en primogénitos o primogénitas, que han permanecido muchos años solos, hasta la llegada de un hermanito. Se supone que el niño que no aprende a relacionarse de manera temprana con otros, presenta complicaciones relativas al compartir, ceder, otorgar, negociar, etc.
Por otro lado, muchos hijos únicos sufren la ausencia de hermanos con los cuales jugar, compartir y ser compinches. Por ello, para moderar cualquiera de estas situaciones, Pierre Weil propone una serie de acciones tendientes a que los hijos únicos se vinculen diariamente con otros niños de su edad. Estas acciones son:
- Llevar al niño a un jardín de infantes desde los 2 o 3 años.
- Invitar a frecuentemente a muchos niños al hogar.
- Evitar la sobreprotección.
Psicóloga~ Terapeuta~ Docente
La Licenciada Verónica M. Sargiotti Pieretto es Psicóloga especialista en Terapias Breves. Egresada de la Universidad Nacional de Córdoba en 2002. Profesora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en 2004. Y Postgraduada en Psicoterapia psicoanalítica breve del Centro de Investigaciones Psicológicas en 2006.